XXI Festival Mallorca Jazz Sa Pobla
- Lugar: Plaza Mayor de Sa Pobla
- Fecha: Martes 4 de Agosto de 2015. 22:30
- Formación:
Nettwork
Stanley Jordan: guitarra eléctrica
Casimir Liberski: piano acústico y teclado
Charnett Moffett: bajo eléctrico
Jeff “Train” Watts: batería
Cabe decir que las impresiones y reflexiones de un asistente a un concierto siempre vienen precedidas de circunstancias ajenas a la música. Y puede que estas influyan tanto positiva como negativamente. Pero no estoy muy seguro. También creo que si la música tiene la suficiente magia, la suficiente conexión para que durante el recital sólo exista la música, nada puede parar el placer individual (y colectivo). Digo esto porque aunque la primera jornada de la XXI edición del Mallorca Jazz Sa Pobla cuenta con la formación Nettwork (Charnett Moffett al bajo eléctrico, Stanley Jordan a la guitarra eléctrica, Jeff “Train” Watts a la batería, y Casimir Liberski al piano) lo que sucede en el escenario, bajo mi punto de vista, está falto de conexión. De producir emociones. De, entre las notas perfectamente ejecutadas, añadir otros elementos imperceptibles a la simple escucha. Puede que el que escribe tal vez esté en una situación de cansancio mental (y físico). O puede que sólo busque escusas para justificar mi decepción.
A la hora anunciada, y con una excelente asistencia de público, suben al escenario los cuatro integrantes de Nettwork. Empieza el concierto del denominado supergrupo.
Charnett Moffett, muy activo (hiperactivo realmente) durante todo el concierto. Ejerce, nunca mejor dicho, el liderazgo del proyecto. Con evidentes dotes para ello aunque con un exceso de afán de protagonismo tanto en sus intervenciones interminables como en sus gestos. Efectivamente es poseedor de una técnica excelente, bien, pero entre las miles de notas no veo nada. No siento aquella conexión imprescindible.
Stanley Jordan, a todas luces el músico más reclamado por los asistentes, ejerce las labores de sideman sin querer en ningún momento destacar. Todo lo contrario. A las órdenes de Moffett, se mantiene tranquilo. Dejando sutiles detalles de su magnífica técnica (nunca abusando de ella). Hay un aspecto contradictorio que hay que comentar. En un momento del concierto, realiza un solo de guitarra que me parece irresistiblemente bello. Pero que en mi opinión, no tiene nada que ver con la música del proyecto. Quedo con ganas de más Jordan.
Jeff “Train” Watts, verdadero motor de cuarteto, realiza una soberbia actuación. Resulta impresionante la cantidad de variantes que utiliza durante las dos horas y media que dura el concierto. En los dos primeros temas, parece sumamente concentrado. Con semblante muy serio. Y precisamente la percepción que percibo en el inicio está acorde con la cara de Watts. Pero en un momento determinado, y prácticamente hasta el final, Watts cambia radicalmente. Aparece la sonrisa infinita. Y las baquetas percuten. Y vaya si percuten con vida propia. Solo para verlo a él, merece la pena todo el concierto.
Casimir Liberski, el más joven del denominado supergrupo, realiza una actuación un tanto tímida. Si que se puede observar que tiene buena técnica al igual que se puede entrever que usa elementos un tanto más contemporáneos que sus compañeros. Pero quedándose a medias. Me da la impresión de que puede ofrecer algo más.
En definitiva, el proyecto Nettwork se podría intentar definir como un grupo de jazz-rock (hay algo del sonido de los setenta) con algo de fusión, y aunque es muy respetable y tremendamente profesional, carece de alma y conexión entre músico y público. Algunos asistentes puede que se echen las manos a la cabeza ante esta afirmación poniendo como ejemplo el final del concierto, con parte del público bailando junto a los músicos en el escenario (a petición de Moffet). Y aunque me parece un gesto amable hacia el público, entiendo que la música tiene poco que ver con este final apoteósico. Lo percibo como una manera de acabar en todo lo alto. Un truco demasiado fácil.
Un amante de la música se deleita y siente hordas de placer ante momentos puntuales y magistrales, pero este no un concepto definitivo para el resultado global de un concierto. En todo caso, siempre hay que dar la enhorabuena a los responsables del Mallorca Jazz Sa Pobla. Sin duda el esfuerzo es titánico para que sobreviva un festival de estas características.
Crónica escrita para la revista digital
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