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lunes, 25 de abril de 2016

Carlos Falanga: Gran Coral (Underpool Records, 2015)

 
 
Gran Coral (Underpool Records, 2015) es el primer trabajo como líder del baterista y compositor argentino (afincado en Barcelona) Carlos Falanga. Efectivamente, uno de los músicos más solicitados de la escena barcelonesa. Miembro del trío de Marco Mezquida (My Friend Marko) y miembro fijo en las sesiones del imprescindible bar-local Robadors 23. Para su debut, el autor conforma un cuarteto de lujo con Marco Mezquida al piano, Fender Rhodes y synths, Jaume Llombart al bajo eléctrico y Jordi Matas a la guitarra.
 
Y son varias las sensaciones y conclusiones que uno saca cuando se ha impregnado del disco en cuestión. En primer lugar hay que destacar la madurez del proyecto. Tal vez por los años que lleva el baterista y sus tres acompañantes en excelentes formaciones, dotan al disco de contundencia en su acabado. Y es que Gran Coral es un disco perfectamente cohesionado. Bien por la sonoridad del conjunto, bien por el exquisito gusto en las composiciones de Carlos Falanga. Estas, no destacan por complejidad, dificultad o virtuosismo. Todo lo contrario. La sencillez funciona como eje central tanto en las mencionadas composiciones como en las improvisaciones. Y precisamente este aspecto es un gran acierto. Los cuatro músicos tienen sobrada técnica, pero bajo la batuta de Falanga confeccionan juntos un trabajo en grupo que se distancia de lo evidente. Los temas funcionan como piezas consistentes e irrompibles. Por poner algunos ejemplos, de manera bien personal digo que “Memory of The Water” me recuerda/transporta al universo de Angelo Badalamenti. Mezcla de belleza y misterio; “Tanino” es una delicada pieza impregnada de música clásica y de una historia personal. O por lo menos, yo creo una; Reconozco rápidamente la melodía de la pieza “Snus” que ya encontrara en el disco ú (Underpool Records, 2013) pero arreglada para esta formación tanto en el aspecto evidente como en el aspecto sonoro; O la preciosa versión que Falanga presenta de “Gran Coral” de Igor Stravinski, que precisamente da título al disco.
 
En relación a los músicos hay que decir que la labor de Marco Mezquida dota al conjunto de una especial sonoridad gracias a que, en la mayoría de los temas, utiliza un teclado Fender Rhodes. El pianista se adapta (como siempre) a lo que pide el autor de manera magistral. Aunque se puede apreciar su estilo al piano, se desmarca notablemente consciente de encontrar el perfecto equilibrio. Jordi Matas, al igual que el pianista, es pieza clave en la sonoridad. Realiza un trabajo perfectamente equilibrado sin querer destacar. Prestándose al proyecto y ejerciendo su papel de la mejor manera. Jaume Llombart al bajo eléctrico, es otro acierto dando al proyecto más sonido eléctrico y ofreciendo cuerpo y solidez. Y el líder Carlos Falanga se olvida de querer destacar por el hecho de ser su disco y se centra más en la composición y dirección del proyecto, eso sí, realizando acompañamientos rítmicos que, al igual que el global del disco, ofrecen aparente sencillez. Pero en realidad, hablamos de un minucioso ejercicio lleno de matices.
 
Gran Coral, en un inicio puede parecer lo que no es. Es un disco que, para disfrutar al máximo, hay que redescubrir a cada escucha. Es de aquellas grabaciones que, una vez acabada la última nota del último tema, vuelves al inicio para escuchar nuevamente el disco de principio a fin. Además, tiene aquella virtud de fusionar la composición y la improvisación. De querer la implicación para descubrir los múltiples y sutiles aromas. Gran Coral es un Gran Disco.
 
Reseña escrita para la revista digital: Tomajazz Enlace: Reseña en Tomajazz
 
©Jesús Mateu Rosselló, 2015
 
Carlos Falanga: Gran Coral
 
Músicos: Jordi Matas (guitarra) Marco Mezquida (piano, synths, fender rhodes) Jaume Llombart (bajo eléctrico) y Carlos Falanga (batería)
 
Composiciones: “Tilos”, “Gran Coral”, “Lombardo”, “59”, “Memory Of The Water”, “Snus”, “Blonde”, “Azul”, “Tanino” y “Grown Garden”.

Todas las composiciones por Carlos Falanga excepto “Gran Coral” de Igor Stravinsky
 
Grabado el 7 de abril de 2014 en Casa Murada. Publicado en 2015 por Underpool Records

jueves, 10 de marzo de 2016

Juan Pablo Balcázar Septeto: Piragua (MTM, 2015)



Juan Pablo Balcázar es uno de los músicos más activos y solicitados de la escena barcelonesa. Miembro fijo en las sesiones del local Robadors 23, líder de varios proyectos y sideman de múltiples formaciones. A parte, conviene recordar que es miembro (y aquí me toca de cerca por razones nostálgicas) del Kase O Jazz Magnetism o del Rapsusklei & The Flow Fanatiks, conjuntos que buscan (y encuentran) la unión entre la música jazz y el rap.

Aunque han pasado unos meses, es de obligada mención y revisión la publicación de su penúltimo trabajo como líder: Piragua (MTM Colombia, 2014) con una espectacular nómina de músicos, nada más y nada menos que: Miguel Pintxo Villar (saxo tenor), Tom Johnson (trombón), Marco Mezquida (piano), Joan Mas (saxo alto), Gonzalo del Val (batería), Sofía Ribeiro (voz), y el propio Juan Pablo Balcázar (contrabajo)

Y de primeras cabe decir que el disco roza la perfección si hablamos de proyecto concreto. Y lo es por varias razones. En primer lugar, por el respeto con el que el músico adapta ocho temas de música popular sudamericana (el disco comprende nueve temas, el primero de ellos “obertura” es composición del contrabajista y funciona como introducción a todo el proyecto), adaptándola para que desprenda sabor jazzístico. Sin perder fuerza. Al contrario, creando una conjunción realmente vibrante y emocionante. Otra causa es la mencionada formación, que a las órdenes del contrabajista, ofrece su mejor versión siempre dentro del concepto del disco. Sin desviarse a según que parajes. Aproximándose a la mencionada música popular que, aunque no es la propia (en relación al resto de integrantes, sí lo es de Balcazar), consiguen hacer suya y que esta transite y adopte nuevas formas. Sin necesidad de destacar. Ofreciendo un proyecto donde la unión entre los músicos es vital e imprescindible. Y aunque bien pensado podría ofrecer más y más razones, hay que decir que el trabajo de Sofía Ribeiro, aportando su voz en prácticamente todos los temas, está a la altura de las expectativas que levantan sus seis compañeros. Su voz, proveniente del fado portugués, se adapta perfectamente a la sonoridad sudamericana pasada por un filtro jazzístico y claro, aportando su estilo. Aplicando su voz. Que está muy alejada de lo que se entiende (en parámetros generales) como vocalista de jazz. Por lo que más valor al hacer el proyecto más personal.

Se podría decir que Piragua es la conjunción de varias disciplinas perfectamente equilibradas. Dejando para todos un disco que desprende optimismo (en lo que a la música se refiere). Un proyecto bien engrasado y que funciona de manera ejemplar.

Reseña escrita para la revista digital Tomajazz Enlace: Reseña en Tomajazz
© Jesús Mateu Rosselló, 2015

Juan Pablo Balcázar Septeto: Piragua 

Músicos: Sofía Ribeiro (voz) Joan Mas (saxo alto) Miguel “Pintxo” Villar (saxo tenor) Tom Johnson (trombón) Marco Mezquida (piano) Juan Pablo Balcázar (contrabajo) y Gonzalo del Val (batería)

Composiciones: “Obertura” (de Juan Pablo Balcázar) “La arenosa” (Cuchi Leguizamón) “La piragua” (José Barros) “A Pique” (Juan Quintero – Aca Seca) “El cigarrito” (Víctor Jara) “Te doy una canción” (Silvio Rodríguez) “La pomeña” (Cuchi Leguizamón) “El pescador” (de José Barros) y “Doña Ubenza” (Chacho Echenique)

Arreglos y producción: Juan Pablo Balcázar

Grabado y mezclado en Laietana Studios (Barcelona, España) Enero 2012 – Octubre 2013. Editado por MTM Ltda.





miércoles, 19 de agosto de 2015

Marco Mezquida (Auditori de Porreres. 04.04.2015)

  • Lugar: Auditori de Porreres, Mallorca
  • Fecha: Sábado 04 de Abril de 2015. 20:00
  • Formación:
    Marco Mezquida: piano
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En el mes de abril del pasado 2014, el pianista menorquín Marco Mezquida presentó en Palma de Mallorca su debut discográfico a piano solo, La hora fértil (Whatabout Music, 2013). Tal vez por falta de publicidad, tal vez por desconocimiento general, tal vez por… por no sé qué. Al concierto solo asistimos una veintena de personas. Y aunque de aquel concierto ya dejé constancia en una crónica sirve de introducción para explicar qué lejos de la desmotivación o tal vez de la desilusión, Marco Mezquida se inmiscuyó en su piano y de él salió un regalo indescriptible para los afortunados de aquella noche. Pasados los meses y materializados muchísimos proyectos por el camino, hay una segunda oportunidad (de momento) para descubrir que nos ofrece este magnífico músico nuevamente a piano solo. El formato donde el músico se siente más libre y en el que de manera muy íntima comparte con los asistentes lo que pasa por su cabeza de manera instantánea. Para esta ocasión presenta la reciente publicación Live In Terrassa (Underpool Records, 2015) y su nuevo disco a piano solo, todavía sin publicar, Amateur (Autoedición, 2015)

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Aproximadamente a las 20:20 horas y con (lamentable y nuevamente) poca asistencia de público, Marco Mezquida se coloca ante el piano. Breves instantes de silencio absoluto en los que el pianista decide empezar el concierto con una improvisación en la que tienen cabida infinidad de ideas y conceptos. Improvisación dentro de la clásica con citas a temas propios. Entre quince y veinte minutos de deleite en los que el pianista se deja llevar por él mismo. La verdad, ya lo dije hace un año, se me hace muy complicado trasladar a un escrito lo que siento y percibo durante todo el concierto. Hay pocos músicos que transmitan tantas emociones. Lo que pueda escribir no hace justicia a la música que desprende. Durante todo el concierto, el pianista se pasea por (y conjunta) diversos estilos como podrían ser: un delicioso ragtime con la peculiar sonoridad de una pandereta colocada encima de las cuerdas del piano, ofreciendo un sonido metálico e incluso ofreciendo un leve sonido percusivo; jazz, haciendo gala de la tremenda técnica que posee, con una mano derecha frenética en la pulsación de teclas; música clásica, ofreciendo, a base de notas delicadas y expresivas… o bruscas y agresivas… puro sentimiento interior; libre improvisación, en la que el autor experimenta en directo con (o sin) el piano preparado, es decir, introduciendo algunos elementos dentro del mismo cambiando la sonoridad ortodoxa del instrumento así ofreciendo nuevas posibilidades y matices.

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El pianista, dentro de los estilos comentados, introduce temas propios (como “Menguante” y “Campanas”) y versiones de standards (“Fly Me To The Moon” de Bart Howard y “Sweet and lovely” de Charles Daniels) que se amoldan al estilo que él quiere, haciendo la experiencia mucho más que única. Modelando la música para que se convierta en él mismo. El piano solo del autor es (imagino) lo más parecido a lo que podría ser un pase privado entre él y el piano. La búsqueda de interrogantes y de respuestas. La experimentación íntima e ingrávida. Para finalizar, como ya hiciera hace un año en Palma, interpreta el que fuera uno de los primeros temas que aprendió (según explica él mismo) “La Balanguera” (Poema de Joan Alcover i Maspons musicado por Amadeu Vives en 1923) efectivamente, el himno de Mallorca. Y claro, interpretado por Marco Mezquida es absolutamente magistral y libre.

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Volar. Tal vez hacia la luna. Tal vez hacia el propio interior o hacia el interior de Marco Mezquida. Lo que está claro es que hay una salida del cuerpo. Una observación del todo seguida de la reflexión. De la percepción y de la creación de sentimientos propios e incluso ajenos. ¿Se pueden transmitir las emociones recibidas a un tercero? Sucede. Hay, en la música que produce este joven pianista, algo que no pertenece a lo común. Algo que viaja y que estremece. Solo se requiere amor por algo tan evidente e imprescindible para la vida como es la música. Sencillamente escuchar, sentir y volar.

Texto:  © Jesús Mateu Rosselló, 2015
Fotografías: © José Luis Luna Rocafort, 2015

lunes, 3 de noviembre de 2014

Marco Mezquida Trío (XIV Festival Alcudia Jazz. 27.09.2014)

XIV Festival Alcudia Jazz
  • Lugar: Auditorio de Alcudia
  • Fecha: Sábado 27 de Septiembre de 2014. 22:00
  • Formación:
    Marco Mezquida: Piano
    Marko Lohikari: Contrabajo
    Carlos Falanga: Batería
Marco Mezquida Trio
Marco Mezquida hace tiempo que ha dejado de ser una promesa para convertirse en una realidad. En los últimos años se ha consagrado perfectamente en la élite del jazz y a día de hoy es un pianista solicitadísimo. Aparte de sus proyectos como líder, como el Marco Mezquida Trío o su fértil piano solo, forma parte de múltiples formaciones tanto como sideman como co-líder, ahí están ejemplos como el nuevo y flamante quinteto de Ernesto Aurignac, el cuarteto de Julián Sánchez, el trío de Juan Pablo Balcázar, los duetos con Jorge Rossy, Massa Kamaguchi, Celeste Alías y un larguísimo etc de colaboraciones de altura. Esta noche actúa dentro del XIV Festival Alcudia Jazz acompañado por sus dos amigos y compañeros (como el mismo presenta) Carlos Falanga a la batería y Marko Lohikari al contrabajo.
Marco Mezquida reflejo byn
En relación a estos dos músicos, hay que comentar que Carlos Falanga está dentro de la movida barcelonesa (al igual que Mezquida) y es uno de los bateristas más activos. Precisamente me comenta acabado el concierto que la última semana ha sido de absoluta locura para él realizando siete actuaciones seguidas, una de ellas con la Orquestra Sinfónica y Coro del Gran Teatro del Liceu interpretando West Side Story (con solo tres días para estudiar las partituras). También abre cada miércoles las Jam Session del imprescindible bar-local Robadors 23 de Barcelona, aparte de tener otros muchos proyectos en camino. Y en relación a contrabajista Marko Lohikari la verdad es que tengo poquísima información y eso que vive en Mallorca desde hace unos tres años. Por lo que he podido descubrir, antes de venir a la isla estuvo viviendo en Barcelona colaborando con multitud de artistas, entre ellos Albert Vila, Marc Miralta, Victor de Diego, Oscar Peñas, David Xirgu… Todos de sobrada calidad. Y visto lo visto, sin duda es un muy buen contrabajista.
Una vez bien digerido y asimilado el concierto de Dorantes hace escasas dos semanas en el mismo recinto y también dentro de la programación del XIV Festival Alcudia Jazz, estoy preparado para enfrentarme al trío de este magnífico pianista.
Marko Lohikari
Empieza el concierto con una breve introducción a piano solo para seguidamente enlazar con una versión del standard “Let’s Cool One” del gran soñador de notas Thelonious Monk. Y la versión es puro swing. Del que no puedes dejar de moverte. Mezquida realiza improvisaciones con una soltura y una elegancia fuera de serie, y como es evidente, no hace nada parecido al estilo Monk (el inimitable), claro que suena la melodía conocida, pero todo pasado por el filtro Mezquida Trío. Y las intervenciones de Falanga y de Lohikari son contundentes, músicos muy consagrados que se sienten comodísimos. Acabado este tema tan swingueante, Marco Mezquida cambia el chip completamente y realiza otra introducción a piano solo, pero en esta ocasión de corte muy clásico (refiriéndome a la música clásica) y es que la formación del pianista sale a flote y la verdad es que deslumbra, imagino que es pura improvisación para poco a poco enlazar con el tema “Dama De Nit” del primer disco del trío My Friend Marko (Fresh Sound New Talent, 2013)… bella melodía, bella interpretación e improvisación. Cada pulsación es la justa para expresar algo, no hay nada artificioso ni nada parecido, es la belleza en forma de música. Siguen con “Checkpoint Charly” y “My Lady Loves Me In E-Flat” todas del mencionado disco y llegado a este punto, hay que incidir en un aspecto. Hablando con los amigos de Jazzinmallorca y con Jose Luís Luna, que han podido asistir a unos dos o tres conciertos más del trío en un breve espacio de tiempo, me comentan que hay un mundo entre cada concierto, es decir, coincidiendo algunos temas, estos se transforman cada vez que son “interpretados” y siguen cursos muy diferentes. Y no solo en estos temas, también en el global del concierto. Imagino que todo influye. El recinto, el estado de ánimo, el cansancio, la alegría, la estimulación propia o ajena… pues bien, los temas mencionados brillan en todo su esplendor. Los músicos acuden a las melodías compuestas, salen de estas para mirarlas desde la distancia, y desde la distancia, pueden recoger algunas de las notas y las pueden ejecutar haciendo que la melodía se intuya pero suene transformada en otra cosa. A mí personalmente me dejan conmocionado.
Carlos Falanga solo
Sigue el concierto y ojo porqué Mezquida presenta “Menguant”, tema compuesto el día anterior. Y Antes de empezar, Marco explica que ha entregado la partitura a sus compañeros el mismo día del concierto, por lo que hace escasas horas. Pero estos músicos son todo terreno y se acoplan a la partitura sin problemas (más bien diría lo contrario, hay estimulación) y el acompañamiento que realizan es acorde a la composición. Posiblemente grandísima parte del tema es improvisado, pero los tres músicos tienen aquel don que hace que todo lo que sale de sus instrumentos se acople y suene de maravilla. Ya son cinco años de actividad conjunta por lo que se conocen a la perfección (¿telepatía?). Siguen con el tema “Always late” nuevamente de My Friend Marko y el tema entra por mis oídos como una exhalación. Uno de los mejores momentos de la noche. Gran tema a gran velocidad. Un disfrute. “Lluna Nova” y “Agusti For President” cierran el concierto. La primera, al igual que “Menguant” es una nueva composición y la segunda es el homenaje que realiza el trío a uno de los máximos exponentes del jazz y de la libre improvisación en España, el gran Agustí Fernández que por cierto fue profesor de Marco Mezquida y Carlos Falanga en el ESMUC de Barcelona. Y el tema es uno de los más free de la sesión con momentos de libre improvisación absolutamente geniales en los que se desenvuelven perfectamente bien. Un homenaje precioso a este grandísimo músico. Al final del tema, Carlos Falanga se queda solo en el escenario realizando un solo de batería bastante largo (tal vez unos cuatro minutos) en los que no hay nada de grandes estruendos ni grandes demostraciones de técnica ni nada parecido, más bien son unos minutos de improvisación calmada, desarrollando muy buenas ideas con sumo relax hasta que vuelven a entrar sus dos compañeros y realizan el único bis del concierto. Y sorprenden con una versión de “Tree Little birds” de Bob Marley. Y como podéis imaginar, es una versión absolutamente libre en la que se escucha perfectamente la melodía archiconocida pero los tres músicos transforman por completo el tema haciendo que suene a ellos, dando su esencia y convirtiendo lo que era reggae en jazz (o no, según se mire). Durante la intervención Marco Mezquida coloca dos panderetas encima de las cuerdas del piano. Él mismo me explica que las coloca en un lugar estratégico del arpa para crear un sonido metálico que se produce por vibración con el martilleo/percusión de las cuerdas. Busca nuevas sonoridades para enriquecer su música y lo consigue con creces. Y efectivamente, suena de maravilla.
Marco Mezquida pandereta
Acabado el concierto, de casi dos horas de duración, hablo brevemente con los tres músicos. Desprenden humildad y amor por su música. Espero que este trío nos depare más entregas tanto discográficas como en directo. Es un placer para los sentidos.
Crónica escrita para la revista digital Tomajazz Enlace: Crónica en Tomajazz
Texto  © Jesús Mateu Rosselló, 2014
Fotos © José Luis Luna Rocafort, 2014

viernes, 25 de abril de 2014

Marco Mezquida (Sala Dante. Palma de Mallorca. 11.04.2014)



Crónica del concierto de Marco Mezquida (Sala Dante - Palma de Mallorca - 11.04.2014)

 

“Escuchar es difícil, no es algo fácil. La mayoría de la gente en este planeta, en este planeta global, escucha la música mientras hace otra cosa. Es algo completamente equivocado. La mejor manera de escuchar música es encontrar un poquito de tiempo para ti, sentarte y escuchar. O tumbarte y escuchar”

Wadada Leo Smith
(Recorte de la entrevista de Club de Jazz publicada en su web en fecha 26.06.2013)

Soy el primero que escucho música realizando otros menesteres. Mi no tiempo actual no me permite parar mi actividad diaria para poner un disco y dejarme llevar, pero no es algo que sea crónico… tampoco es algo que haya practicado desde siempre (actualmente lo tengo aplazado. Tengo dos razones de peso a las que quiero dedicar todo el tiempo que pueda). Recuerdo muchas horas de mi adolescencia tumbado escuchando discos. Concentrándome en lo que sonaba. Intentado identificar cada instrumento. Mirando y remirando las carátulas. Examinando el libreto. Enfadándome cuando este era demasiado simple. A veces, si estaba cansado, disfrutaba del placer de dormirme con la música de fondo incrustándose e igualmente produciendo un placer curioso y extraño. ¿Escuchamos de dormidos? ¿Tiene sentido?

Hace unas semanas, en un oasis temporal, vi la oportunidad de volver a experimentar la escucha sin más. Solo en mi casa, abandoné todo trabajo, acudí a la web de What About Music y me escuché de principio a fin el último trabajo de Marco Mezquida “La hora fértil”. (en el mes de febrero viajé a Barcelona en busca del jazz y en uno de los conciertos a los que asistí, pude ver a este excelente pianista menorquín afincado en Barcelona. En aquella ocasión, en las míticas sesiones de los jueves en el Robadors 23, pero este es otro asunto…) me quedo absorto. Hay tanto en este disco a piano solo… Pero ahora no hablamos del disco sino del directo (Presenta precisamente el trabajo comentado), así que prosigo.

El mismo día del concierto reviso las secciones de cultura de la prensa Mallorquina. No hay ni rastro. En una de las publicaciones, me encuentro la siguiente noticia: “Mercadona amplía su oferta con un centro en Cala Ratjada” seguido de “La cadena apuesta por la calidad y el ahorro energético” Muchos pensarán, ¿Y qué tiene que ver esto con esta crónica? Para mí es evidente…

Vuelvo a asistir solo al concierto (¿Esto es preocupante? No lo tengo claro. En todo caso, me siento a gusto en esta situación. Favorece muchísimo la concentración así como la observación, aunque se echa en falta una buena conversación. Una interacción con alguien que esté interesado siempre se agradece) y además llego tarde. Algo muy extraño en mí. ¿La razón? Me pierdo dos veces buscando la sala. El sentido de la orientación y yo no somos amigos. Cuando entro, hace uno o dos minutos que ha empezado (me intenta tranquilizar el propietario de la sala). Por lo tanto me he perdido los treinta minutos anteriores básicos para: llegar, sentarme, ambientarme, observar.... los creo necesarios para, en el momento de empezar, dedicar toda mi atención al concierto. En cambio, los primeros minutos no los disfruto como necesito. Llevo todavía la chaqueta puesta, no sé si el móvil está encendido, tengo las pulsaciones un poco aceleradas por la mini-carrera desde el coche hasta la puerta (Para más inri está lloviendo), todo esto, con Marco Mezquida improvisando e intercalando melodías de temas propios (según él mismo al finalizar este largo primer tema)
A pesar de todo lo comentado no tardo demasiado en entrar (en el submundo) y quedarme pegado a la silla casi sin pestañear. Ni los ojos ni las orejas. Para el final del tema ya estoy completamente dentro. Como levitando. Marco Mezquizando.

¿Dónde me he metido intentado explicar con palabras la música? Alguien me dijo que era complejo como pocas cosas. Tiene toda la razón. Se me hace cuesta arriba explicar los aproximadamente ochenta minutos brindados. ¿Cómo explicar la felicidad (hacia mí) producida por un señor que está inmerso (como ido) en sí mismo, y a su vez, en el piano? ¿Cómo describir sus tecleos. Sus caricias delicadas. Sus agresiones. Su intensidad? ¿Cómo se puede hacer entender que el sonido de un instrumento pueda hacerte olvidar absolutamente TODO, abstrayéndote y haciendo que tu cabeza esté SOLO al tanto de lo que sucede entre pianista y piano? Nada de pensamientos de NADA. Solo música. ¿Cómo? ¿Cómo puedo descifrar con palabras los sentimientos propios, el disfrute por el arte, la sublevación y por consiguiente, la admiración hacia este pianista?

No se puede. Se tiene que ver. Es algo que ya pude concluir en Robadors 23. Vivirlo en directo es algo completamente irrepetible. Estamos hablando de libre improvisación (en gran parte). Es un valor añadido. Lo que presencias no se volverá a repetir.

Acaba el concierto. El poquísimo público (entre 25 o 30 personas) reclama un Bis. Me parece correctísimo. Mezquida sorprende con una versión de “La Balanguera” (Poema de Joan Alcover i Maspons musicado por Amadeu Vives en 1923) Nunca pensé en oír una versión tan libre del himno oficial de Mallorca. Intuyo que es pura improvisación exponiendo la conocida melodía. Me parece brillante. Un ejercicio interesantísimo. Versionar standarts que todo el mundo conoce no me parece para nada mal, me encanta. Se desarrolla sin duda mucha creatividad, pero versionar un himno oficial y convertirlo en libre improvisación es algo digno de ver y de estudiar.

Para acabar vuelvo a la cita con la que empieza esta crónica. Sin duda, el Sr. Wadada Leo Smith tiene muchísima razón (Además de ser completamente lógico). Evidentemente la sociedad actual está empujada a consumir rápidamente sin poder prestar demasiada atención a nada. Parece que la música solo se contempla como algo secundario, para tenerla como telón de fondo. Darle al play y oír (no escuchar) algo de música y mientras, realizar cualquier acto.
Si alguien lee esto, y tiene un mínimo interés por la música, le recomiendo que por unos minutos se olvide de todo y que escuche música.  Hace unos años esta recomendación sería del todo absurda. Hoy en día es necesaria. Se está perdiendo un placer supremo.

© Jesús Mateu Rosselló, 2014